“Estamos acostumbrados a luchar contra todas las adversidades y esta es una más”. Carlos Umaña. Buro de Convenciones, Gremial ANEP”

P- Hay una iniciativa del sector turismo en la Asamblea Legislativa para que les apoyen e incluyan un proyecto de recuperación, ¿usted respalda la iniciativa y qué espera de los legisladores?

El 11 de agosto de 2020, la Unión de Gremiales Turísticas de El Salvador enviaron nota a la honorable Asamblea Legislativa en representación del sector turismo para presentarles proyecto en desarrollo desde hace un par de años a fin de acercamientos y posiciones comunes que lo hagan posible. Históricamente, el sector turismo ha estado haciendo esfuerzos dispersos, incluso alejado de las discusiones políticas, siendo en todo el mundo un engranaje de tour operadores, agencias de viaje, hoteles, restaurantes, etc. Estamos reconstruyendo ese engranaje desde la Unión de Gremiales Turísticas.

Hemos visto cómo otras industrias tienen mayor incidencia económica o política. El sector transporte ha logrado lo que ha querido por muchos años; los veteranos, cafetaleros y diversos segmentos han recibido recursos y apoyo e inversión de millones de dólares ante cualquier problema. El sector turismo nacional de las últimas decadas no ha recibido un apoyo económico, siendo a nivel mundial el más golpeado de todas las industrias. En esta pandemia fue el primer sector que cerró y es el último que va a abrir. El servicio del turismo está cerrado al cien por ciento. El golpe que esta pandemia ha causado al sector turismo es profundo.

Entonces tratamos de hacernos notar ante los políticos, hacer nota que estamos golpeados y pedir que tomen en cuenta en sus planes de reactivación, de sus presupuestos, a un sector tan importante para la generación de empleo.

 

P- Cuántos empleos se han perdido en este sector donde las operaciones se han visto paralizadas de la noche a la mañana.

La asociación de restaurantes, en convenio con la UTEC, se dieron a la tarea de tener una data muy completa de su rubro y los resultados fueron sorprendentes. Ares (Asociación de Restaurantes de El Salvador) cuenta con mucha información y según su presidente Leo Guzman el 30 % de restaurantes ha cerrado definitivamente y creemos que concuerda con los demás segmentos. Al menos el mismo porcentaje de empresas se han visto obligadas a errar definitivamente.

 

P- Cuando inicie la reapertura económica  qué tanto se podrá levantar el sector, cuánto habrá retrocedido, tomando en cuenta de que antes de la crisis se había hecho un esfuerzo por promover el turismo interno y vender en el exterior la marca País.

Nos tenemos que replantear en el sector turismo a la nueva realidad. Efectivamente veníamos trabajando con mucho optimismo, con mucho entusiasmo; se estaba fortaleciendo los lazos de comunicación, con la ministra de Turismo hemos tenido una muy buena relación y había una apuesta de iniciar con el tema del surf como punta de lanza para tener un producto estrella que vender como destino país y luego aprovechar ese despunte para ampliar la promoción de otros segmentos.

Entenderíamos que la estrategia sigue siendo válida, aún después de la pandemia pues el surf seguirá allí, las olas siguen allí y eso es lo bonito de ese producto. Por el otro lado ya no tenemos un centro de convenciones, muchos hoteles incluso muchos de los grandes, van a sufrir en su inversión pero el surf sigue allí. Entonces, sí hay mucha preocupación, hay muchas empresas que no van a pasar de este mes o del siguiente mes, aún con los costos reducidos, pues la mayoría de las empresas tienen compromisos financieros importantes. Me decía una colega que tiene un hotel en la playa que su recibo de luz sin ocupación es de $3,000 al mes y solo de mantenimiento por menos gente que tenga, es de otros 3,000 a 4,000 en planilla. Un negocio pequeño o mediano no se libra de miles de dólares al mes que tiene que seguir pagando.

Muchos están a la espera de créditos que se están promocionando de parte de Bandesal, estamos todos a la expectativa, pero igual no deja de ser una deuda, es una facilitación de una deuda y muchos van a poder apalancar con esa deuda para pagar o cubrir el (saldo) rojo que han venido acumulando para volver a ser operativos.

Sí hay una preocupación de que muchos negocios no van a alcanzar a salir de esta situación porque el golpe es tan profundo que no todos van a tener la capacidad  de esperar la reapertura.

A diferencia de una fábrica, nosotros tendremos que esperar que los turistas vengan, que tenga dinero, que tengan las ganas y estamos conscientes de que esto se va a reactivar a nivel mundial rápido, pues hay una necesidad contenida de las personas y muchas de las encuestas dicen que va a haber un repunte en el tema del turismo. Pero no sabemos si en febrero o marzo 2021, cuándo se va a dar esa reapertura; en nuestro país no tenemos más o menos una estimación de cuándo se va a dar.

P- Hay una esperanza de que se pueda reiniciar esa apertura

Sí, pero de nada nos sirve esa reapertura si no está controlada la pandemia, pues quién va a querer irse a enfermar a otro país si sabemos que el tratamiento es duro, si el aislamiento es duro. Entonces, esas son las preocupaciones de cuándo van a venir los turistas, qué van hacer, cuáles son los productos que les pueden interesar. La iniciativa de la carta es que los políticos conozcan toda esta situación, que alguien piense en alguna medida de contención que nos ayude a superar esto.

P- Y han recibido de parte del gobierno alguna esperanza cómo sí la han recibido otros pequeños o medianos empresarios.

Se habla de que va a haber unas líneas especiales siempre de parte de Bandesal para el sector turismo, se habla de que Turismo ha estado gestionando eso para que haya algún tipo de líneas para el sector, una disponibilidad, una facilitación pero muchos colegas también expresan la preocupación porque la situación ha venido a afectar la calificación de negocios, las líneas que se están otorgando, según hemos escuchado van a poder acceder las empresas con calificación A o B y quizás la mayoría de las empresas turísticas o logren alcanzar esa clasificación.

 

P- Eso pone más oscuro el panorama para ustedes.

Si porque restringe, limita a muy pocas empresas que cumplen con esa calificación, tal vez si se pudiera evaluar una calificación previa de la pandemia u otro tipo de requerimiento para que más empresas puedan acceder a este tipo de créditos.

 

P-  ¿Y eso no se lo han hecho saber al gobierno para ver si se puede flexibilizar en ese aspecto?

Lo que pasa es que aún no tenemos información oficial del gobierno. Si mal no entendí en la última cadena nacional del presidente, de esos $600 millones se iba a tomar una parte para sueldos, pero si 600 millones pareciera poquito para levantar toda una economía y todavía le van a quitar, y solo las empresas con calificación A y B (tomarían en cuenta), resta posibilidades.

Dándole vuelta a la moneda, siempre el turismo y las empresas turísticas salvadoreñas han nacido y vivido en crisis los últimos 30 a 40 años, sufrimos toda la guerra prácticamente se tuvo que operar en esas condiciones;  contrario al empresario turístico de Costa Rica, Guatemala o Panamá que han tenido casi siempre condiciones favorables, acá siempre hemos estado en condiciones desfavorables versus nuestros vecinos, y siempre hemos salido adelante.

Ese optimismo tradicional quizás, esa garra, ese espíritu, es lo que mantiene a muchos negocios a la expectativa de volver a abrir, de volver a operar, y como la situación nos ha golpeado a todos por igual, así que eso nos pone en las mismas condiciones que las demás empresas.

 

P- Usted decía que el 30 % de restauranteros ha cerrado, ¿se puede decir que ellos son los más afectados o hay otros que resienten más?

El segmento más afectado de todos es convenciones y congresos porque ese paró al cien por ciento. Aquí los grandes hoteles, cientos de empresas y miles de empleos viven de los ingresos de hoteles, conferencias de prensa y congresos que se celebran en el país; aquí todos los días ha habido una boda, un cóctel, en un momento esto llegó a ser la parte más importante del sector turismo, tuvimos mucha capacitación, se fortaleció el Cifco y estábamos en ese rumbo para convertir a El Salvador en el epicentro de las convenciones a nivel centroamericano porque teníamos la capacidad de teníamos el centro más grande de convenciones, los hoteles, tenemos un long hub, ese fue el rubro que mantuvo el turismo durante la guerra porque si bien no había turistas caminando en las ciudades pero había muchas reuniones en El Salvador, muchos eventos en torno a la guerra.

Definitivamente, convenciones y congresos es el sector más golpeado porque estamos a cero, fuimos los primeros en cerrar y los últimos en abrir; en segundo lugar, los hoteles que también han estado con operación cero prácticamente; y en tercer lugar, los restauranteros que al menos se les ha permitido el delivery y aunque ellos expresan que no es suficiente en cuanto a volumen de ventas al menos les permiten vender y que algún colaborador esté trabajando, está el suministro de bienes o compras, esa cadenita siempre está trabajando. Y los proveedores de servicio como los tour operadores, las agencias de viajes, todos están cerrados. El sector turismo

está con las puertas cerradas.

P- ¿Qué esperan de los legisladores o de los proyectos de reactivación, y qué acciones prometen ustedes como sector?

La clave está en que pidamos un diálogo muy cercano con el Ejecutivo, con la cartera de Turismo para que juntos trabajemos una estrategia que nos permita rescatar en el menor tiempo posible la industria, tenemos que ser muy agresivos en la parte de la promoción. Sabemos que Costa Rica, Guatemala, Panamá, están asignando fondos extraordinarios a sus presupuestos de producción, están ya con planes bien avanzados para  salir, bien agresivos, para la promoción. Nosotros esperamos y le pedimos al Ministerio poder participar de esos planes de reactivación como en los demás países que trabajan la empresa privada con el Ministerio de Turismo, para poder hacer una oferta competente porque obviamente quien va  a brindar el servicio es el empresario.

Esperamos ponernos a trabajar cuanto antes con el Ministerio de Turismo en esos planes de reactivación, y que sean medidas reales, factibles, como un fideicomiso o un fondo especial para el sector, eso es lo que pedimos. Con nuestro propio trabajo y los ingresos que se empiece a genera nosotros somos capaces de pagar cualquier crédito; no estamos pidiendo que el país se endeude por nosotros. Como el salvataje de las aerolíneas, todas las aerolíneas, desde la más grande y millonaria del mundo necesita un salvataje y los gobiernos están salvando  a sus aerolíneas porque de otra manera no salen adelante. Las pérdidas que se generan es de miles de empleos para un país. Después de que estas empresas son rescatadas vuelven a operar otra vez, un ejemplo es American Airlines que ha demostrado que pudo salir adelante luego del 9/11 despues de un salvataje del gobierno. Nosotros solo necesitamos un apalancamiento adicional, estamos seguros de que somos capaces de salir adelante, estamos acostumbrados a luchar contra todas las adversidades y esta es una más.

P- ¿Ustedes tienen una estimación de cuántos empleos se sostienen del segmento convenciones?

No, lamentablemente la falta de datos es una de las debilidades mas marcadas de nuestra industria.

Pero el segmento de convenciones incluye a los recintos: centros de convenciones, salones de hoteles y lugares para eventos sociales, hospedaje, alimentación, traslados, tour operadores, servicios profesionales audio visuales, montajes, etc. Banquetes, en fin, una larga cadena de valor que genera miles de empleos.

Esperemos seguir siendo muy competitivos a nivel internacional… siempre El Salvador está muy bien (posicionado) por la calidad, hoteles, servicios, muy alto estándar. Muchas empresas incluso han sigo galordanadas internacionalmente. Dios quiera que pronto salgamos de esta.