Galletas decoradas, alfajores, pasteles, pies, tartaletas y una variada oferta de productos que son verdaderas obras de arte representan a Kalena Postres, un emprendimiento santaneco liderado por dos hermanas que han encontrado en el negocio no solo la manera de generar ingresos sino la oportunidad de preservar el legado que su madre les dejó.
Facebook: @kalenapostres
Instagram: Kalenapostres503
Kalena Postres es un emprendimiento que nació luego de un triste suceso que afectó a la familia Rivas. Hace once años doña Ana Thelma perdió a su esposo que además de ser el sostén familiar era el pilar del hogar.
Sola y con sus tres hijas, dos de ellas sin empleo, acudió a la cocina desempolvó la vieja receta familiar de alfajores y comenzó a hornear la primera de muchas bandejas que por años les ayudarían a sostenerse financieramente.
“Nos vimos con problemas económicos y con mi mami decidimos vender alfajores y llevar canastitas a los salones de belleza y luego empezamos a ofrecerlos a familiares y amigos y luego comenzamos a aprender más diversidad de postres y fuimos avanzado”, contó Karen, de 44 años.
Las hermanas Rivas: Karen, Tatiana y Anna Kelly, aprendieron rápido el proceso y junto a su madre prepararon los deliciosos alfajores que llevaban a comercializar a salones de belleza y donde se los solicitaran.
Las hermanas le hallaron rápido el gusto a la pastelería y esos pastelitos espolvoreados les permitieron a las cuatro mujeres Rivas salir adelante. La lucha y perseverancia de doña Ana Thelma dio fruto y lo que comenzó a fuerza de una necesidad fue creciendo de manera exponencial.
Años más tarde, Karen y Anna Kelly innovaron con nuevos productos y graduadas las dos en licenciatura de Administración de Empresas pusieron sus conocimientos de negocios en la pastelería y le dieron vida al emprendimiento Kalena Postres (Una fusión de los nombres de todas) introduciendo una extensa variedad de productos entre galletas decoradas, pies, pasteles, tartaletas y más.
Las dos jóvenes junto a su madre se dedicaron por años a ofrecer los postres en eventos, fiestas y todo tipo de reuniones y se ganaron rápido el paladar de los santanecos.
Doña Ana Thelma ya había tenido panadería y conocía lo básico, pero junto a sus hijas se comprometió a innovar y las tres tomaron todo tipo de cursos para seguir creciendo.
Karen que también tiene estudios de diseño gráfico aplicó su arte en las galletas decoradas y ese es uno de los elementos diferenciadores del emprendimiento. Los productos elaborados por las hermanas Rivas son hoy verdaderas obras de arte hechas de harina, azúcar y abundante creatividad.
Luego llegó un tiempo de bonanza, tanto Karen como Ana Kelly lograron buenos empleos, pero los alfajores y demás postres siguieron haciéndose para no perder la clientela.
Un legado de amor
Hace dos años, otro suceso trágico marcó de nuevo a la familia, doña Ana Thelma falleció y además Karen perdió su empleo en el que llevaba siete años.
La joven se conmueve y con voz entrecortada recuerda que de nuevo se enfrentó al desafío de salir a flote, pero su madre le heredó tanto a ella como a sus hermanas la fortaleza suficiente para mantenerse en pie.
Karen regresó a lo que tanto le encantaba, los postres, ya de manera formal y volcó sus energías a Kalena Postres, introdujo nuevos productos adaptados a las tendencias actuales y apoyada siempre por su hermana menor Anna Kelly impulsó de nuevo el emprendimiento, pero llegaría el 2020 y la pandemia traería un nuevo revés.
Karen recuerda que les cancelaron pedidos en los que ya habían invertido y con materia prima lista, decidieron encender los hornos y ofrecer sus postres vía redes sociales y entre vecinos, y las ventas se dispararon, cuenta orgullosa.
Aunque para muchos la pandemia fue un tiempo de incertidumbre, para Karen y su hermana, por el contrario, fue una oportunidad, aumentaron los pedidos y hasta se inventaron un kit galletero para niños que se vendió como pan caliente.
“Como los niños estaban encerrados nos inventamos los kits para que los niños colorearan las galletas. A nosotros con el cierre nos pasó que nos llegaron nuevos clientes que ahora se han mantenido, gracias a Dios”, recuerda Karen.
Orgullosa la joven emprendedora dice que no se rindieron y aunque siguen enfrentando desafíos como emprendimiento en crecimiento, ella piensa seguirle echando todas las ganas porque es la dulce herencia que les dejó su mamá.
Hace un par de semanas Kalena Postres obtuvo el Premio a la Iniciativa Privada organizado por ANEP y YOHago, las hermanas recuerdan que lloraron de emoción y lo que más hubieran deseado es que su madre estuviera ahí y sonriera orgullosa por lo que ellas habían logrado.
Las jóvenes están agradecidas del galardón y dispuestas a invertir el capital semilla en adquirir equipos de pastelería que les faciliten ampliar el negocio que por ahora funciona en la cocina de Karen.
“Queremos comprar otro horno, una cámara refrigerante y comprar otras cosas, materia prima que compramos en el extranjero que es cara pero es producto súper bueno y ahora lo vamos a poder adquirir y además queremos capacitarnos en nuevas tendencias para mejorar ”, explica la joven.
Además, la emprendedora ya tiene la imagen de la pastelería que quiere montar. “Yo me lo imagino de afuera paredes en rosado con blanco y adentro blanco con detalles en rosa, pero poco, y estructuras en tono dorado, algo bonito y delicado que la gente llegue a comerse su postre y su café bien relax”, detalla emocionada.
Karen asegura que su compromiso es con Kalena Postres y seguirá manteniendo el legado con el apoyo de sus hermanas, porque esos dulces productos representan una conexión especial con su madre que nunca quieren perder.