María Luz Henríquez: Comercial Milady. La tenacidad y fortaleza de tres empresarias sonsonatecas 

El pilar del grupo es María Luz Henríquez, de 68 años y madre de cuatro hijos, una sonsonateca que hace 45 años comenzó un pequeño negocio de venta de muebles y electrodomésticos al que bautizó como Comercial Milady, la inversión fue de 25,000 colones, regalo de su padre (Unos $2,857). Diana y Milady, dos de sus hijas, siguen sus pasos y hoy juntas poseen seis sucursales de la comercial, una ferretería, un restaurante y más planes de crecer.  

FACEBOOK : Comercial Milady Electrodomésticos

Como una trabajadora incansable describe Diana a su madre. Doña María Luz le enseñó todo lo que sabe, no solo de negocios sino de la vida. En sus memorias infantiles, Diana guarda la imagen de sus padres corriendo de un lado a otro para llevar adelante la casa familiar y el negocio.

Al salir de la escuela, Diana y sus tres hermanos, llegaban al pequeño local y mientras ellos hacían tareas observaban a su madre trabajar, poco a poco se fueron introduciendo en la comercial para aprender, bajo la premisa de que todo lo que quisieran lograr solo lo alcanzarían esforzándose.

Aunque doña María Luz se divorció hace 20 años, eso no la detuvo y siguió luchando por sacar adelante el negocio y a sus cuatro hijos. Sola se abrió campo en un mundo dominado por hombres. Negoció con proveedores, consiguió créditos y paso a paso fue creciendo.

Su hija Milady posee una sucursal propia y un restaurante, Diana también ya es dueña de su propia comercial y de una ferretería, la hija menor también tuvo un negocio, pero la inseguridad la obligó a emigrar y el hermano mayor lleva todo el sistema contable y de finanzas de todo el grupo de tiendas.

El paso para independizarse recuerda Diana, fue necesario para todos los hijos, pero no ha dejado de lado el génesis donde comenzó todo, la primera sucursal en la que sigue involucrada toda la familia.

Para Diana, dirigir por su cuenta Milady Hogar, como bautizó su sucursal, fue un enorme desafío porque su modelo a seguir es su madre y su mayor anhelo es seguir su ejemplo.

“Yo ya tenía la ferretería cuando abrí mi primera comercial y fue un reto enorme porque yo quería estar a la altura de todo lo que mi mamá había luchado y trabajado, entonces es un reto y sobre todo para uno de mujer, es un reto doble, porque la sociedad no está acostumbrada a que sean las mujeres las que brillen. Gracias al buen nombre de mi mamá y su respaldo, nosotros como familia vamos avanzando”, contó Diana orgullosa.

“Yo admiro a mi madre, es muy católica y va todos los días a misa de las 6 de la mañana, es incansable y muy buena jefa, nosotros tenemos colaboradores que tienen hasta 30 años con nosotros y son fieles a ella. Es muy dada a ayudar a la gente, antes de la pandemia tenía una misión que iba a dejar comida al dormitorio publico todos los viernes, ella preparaba la comida en la casa y lo iba a dejar, lo hacía con fondos propios y de corazón, y lo hizo por 15 años, dejó de hacerlo por la pandemia…”, agregó la joven.

Los desafíos del negocio

Doña María Luz enseñó a sus hijos el valor de honrar los compromisos con proveedores y clientes y pagar siempre a tiempo, ser responsables y trabajar sin descanso, afirma su hija.

Y estas lecciones fueron particularmente duras de cumplir durante la pandemia, recuerda Diana, de profesión arquitecta, porque ellas se enfrentaron a muchos problemas que pusieron en riesgo los ingresos de los negocios, cuyas ventas cayeron a la mitad.

“Fueron meses duros, nosotros cerramos y pensando que iba a ser unos quince días y la cuestión es que se alargó tanto que nos preocupaba, y comenzamos a vender en línea, pusimos cartelitos en la comercial y así seguimos vendiendo, pero el lío fue cuando el Presidente Bukele dijo a la gente que si debían un electrodoméstico no lo pagaran, pero los clientes no entendieron que era temporal y no pagaron”, cuenta Diana.

Hoy han debido reducir los plazos para los créditos que otorgaban, impulsar la venta en línea y seguir luchando para mantenerse a flote, pero como familia están conscientes que se vienen tiempos difíciles, sobre todo porque se están enfrentado otros desafíos.

“La mercadería está bien cara y está subiendo increíblemente de precio, porque el flete está viniendo mucho más caro y ese incremento está haciendo que los productos suban y la capacidad financiera de la gente ha bajado, además los distribuidores no alcanzan a cubrir las demandas porque no les entra suficiente producto. Todas las empresas están con desabastecimiento y están queriendo suplir, pero no lo logran”, contó Diana.

Pese a los tropiezos las tres empresarias están pensando en diversificarse e invertir en la construcción de locales comerciales, otro restaurante fuera de Sonsonate y otros proyectos que les permitan mantener los negocios con lo que nacieron, un legado que para Diana debe conservarse para las nuevas generaciones, ella incluso ya le enseña a la mayor de sus sobrinas, de 13 años, los primeros pasos.

“Comercial Milady es como otro hijo para mi mamá y yo le he prometido que, aunque ella falte, va a mantenerse a flote. Seguro vendrán más crisis, pero con las enseñanzas de ella, vamos a seguir luchando”, dijo Diana orgullosa.